Lo que uno aprende de sus propias fotos...más incluso que de los demás. Aquí me pedía la vista cortar por la derecha un buen trozo, pero a la niña, Yaiza, ya se le veía de sobra y un corte así sólo centraría más el interés en élla. Luego, casi enseguida, me dí cuenta que tenía que dejar esa parte, sobre doto la esquina superior derecha. Es el punto de fuga de la foto, la puerta que abre una parte más de la historia. No sé si me entiendes.
En cuestión de recortes no te voy a discutir. Yo creo que en esta imagen ya no hay mucho que recortar. De todos modos da lo mismo porque para mi el punto de fuga de la foto está en los bordes deshilachados del lazo: la reconocí solo por el lazo y pensé, idota de mi, que también la niñez envejece. Que el lazo se va deshilachando y cada vez es más hermoso.
Tienes razón, Xuan, así que tenemos dos protagonistas (el lazo deshilachado y aquella esquina que yo decía), con secundarios destacados, como la pulsera, las manos, la barandilla...
la composición me parece buena, lo que menos me gusta de esta foto, es la desproporción producida por el angular de la cámara, si la hubieras sacado algo mas separado y el objetivo a un 50 o 70 yo creo que hubiera ganado toda ella. Saludos primo.
La vida de un blog, lo sabes, son los comentarios. Si pasas, te gusta algo de lo que ves, y no lo haces saber...es como si no hubieras pasado. Gracias por tu visita.
Muchas cosas son las que abren cajones de la memoria que pensábamos vacíos, pero nada mejor que una fotografía.
Al ojear un viejo álbum siempre hay alguien que, de repente, recuerda alguna historia que aún no habías oído o que completa otra escuchada.
Hace un tiempo empecé mi colección particular de momentos, ésos que casi ya se han perdido cuando aprietas el disparador. Fotos que, para mí, son más que una imagen, son pequeñas cajas que al verlas liberan de su interior sonidos, brisas, recuerdos..., sensaciones que me hacen revivir la escena.
Lo que uno aprende de sus propias fotos...más incluso que de los demás.
ResponderEliminarAquí me pedía la vista cortar por la derecha un buen trozo, pero a la niña, Yaiza, ya se le veía de sobra y un corte así sólo centraría más el interés en élla.
Luego, casi enseguida, me dí cuenta que tenía que dejar esa parte, sobre doto la esquina superior derecha. Es el punto de fuga de la foto, la puerta que abre una parte más de la historia.
No sé si me entiendes.
En cuestión de recortes no te voy a discutir. Yo creo que en esta imagen ya no hay mucho que recortar. De todos modos da lo mismo porque para mi el punto de fuga de la foto está en los bordes deshilachados del lazo: la reconocí solo por el lazo y pensé, idota de mi, que también la niñez envejece. Que el lazo se va deshilachando y cada vez es más hermoso.
ResponderEliminarTienes razón, Xuan, así que tenemos dos protagonistas (el lazo deshilachado y aquella esquina que yo decía), con secundarios destacados, como la pulsera, las manos, la barandilla...
ResponderEliminarla composición me parece buena, lo que menos me gusta de esta foto, es la desproporción producida por el angular de la cámara, si la hubieras sacado algo mas separado y el objetivo a un 50 o 70 yo creo que hubiera ganado toda ella.
ResponderEliminarSaludos primo.
Yo creo que la perpectiva le da mas fuerza a la imagen,y aqu lo principal de la foto creo son los detalles.
ResponderEliminarmuy arriesgada... pero me gusta el resultado final.
ResponderEliminarsaludos
A mí me gusta. Q más para un domingo q largos rulos, un moño rojo imperfecto, una pulsera colorida y la baranda verde?
ResponderEliminarSaludos argentinos.