martes, 4 de enero de 2011

Disparo Automático



Mi cámara está acostumbrada a ir siempre conmigo, la mayor parte del tiempo en mi mano.
Me sigue acompañando pero lo nuestro ya no es lo mismo. Y que conste que la culpa es mía, los dos lo sabemos. Sigo viendo fotos, geometrías, farolas que me chistan, sombras que se acentúan a mi paso...miles de cosas que ella ha visto conmigo. Tantas que ya ve como yo. Incluso me atrevería a decir que en su interior sin espejo se mira en lo poco que se conserva de mis ganas de sacar fotos.
No sé salir a la calle sin ella. Por eso sigue conmigo el día a día, como siempre, pero ahora sin salir apenas de la raída lowepro.
Noto que se muere de ganas por ir en mi mano y de vez en cuando le doy el capricho, abro la bolsa, la cojo, limpio cariñosamente su lente, la enciendo y miro algún encuadre por la pantalla sin llegar a sacar la foto.
Luego la dejo un buen rato encendida en mi mano, sin usarla. La pongo en Automático y ella, poco a poco, va atreviéndose a sacar alguna foto.