viernes, 2 de diciembre de 2011

Néstor



Lleva muchos años dejándose la vista en el ordenador y otros tantos devanándose el seso con lo que hacer con sus alumnos.
Puede pasar desapercibido, pero después de una pequeña tertulia te das cuenta que no hay muchos como él. Siempre ideando proyectos y realizando otros. Una mente inquieta. Y en éso coincide con Delfino, que no puede parar... aunque más bien digamos que se complementan de forma que parece cosa de la fortuna el que hayan coincidido en el mismo curso. Juntos no tienen comparación.
Esta mañana mismo, después de unos minutos hablando con Néstor, me acababa diciendo: 'los libros de texto tienen que ser el final del camino'. Del sendero, digo yo, de cada lección.
Un año consiguió que le dejaran dar el curso entero sin libros. Sus alumnos trabajaban desarrollando contínuamente proyectos, uno tras otro, con los que conseguían aprender todo lo que el programa educativo exigía y muchísimo más, porque es fácil imaginar todo lo que trae consigo la elaboración de un trabajo así de principio a fin.
Sé que nunca podré parecerme, aunque sea en poco, a él...y mira que me gustaría.

(Al final yo también busco entre la piedras algún fósil que merezca volverse conmigo a casa. El pedredro es un bullicio de niños que buscan, se agachan, ríen y se enseñan entre éllos el genial botín que se van a llevar).



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