jueves, 8 de enero de 2009

Ilusiones



























No faltaba mucho para que también lloviesen caramelos; una eternidad para el nieto, invadido el vientre por mariposas y hasta saltamontes; una eternidad para la abuela, que saborea cada roce, cada frase, cada segundo y todo a la vez; una eternidad para la madre, perdida en un bucle de pensamientos prácticos, aislada en ellos y en sabe qué más cosas de mayores.
Yo , a pesar de tanto movimiento y tantos ruidos, siento como el tiempo se detiene y nadie parece darse cuenta. Miro a la derecha, los Reyes no llegan aún pero levanto la cámara, disparo y compruebo en la pantalla que la foto se está guardando. Entonces sé que todo es una ilusión, un sueño.