A Noah siempre le cuesta mucho apagar la consola cuando está inmerso en plena competición de su juego favorito de fútbol. Últimamente no dejaba de hablarme de los jugadores y jugadas que recordaba del videojuego cuando teníamos un rato para los dos. Con pocas pistas más me di cuenta del peligro que acecha no sólo a Noah, a toda la infancia y juventud, esa evasión de la realidad, esa otra realidad en la que temo prefiera estar él y muchos más, renunciando a la otra vida, la de fuera de la pantalla, la vida.
Sólo habla de lo que hace con esos monigotes, goles, faltas..., pensaba, ya lo he perdido.
Pero ¿no es un millón de veces más divertido hacerlo de verdad, con tus amigos?, le decía, y contestaba pensativo, como optando por la respuesta que yo quería oir. Pero no tardaba en volver a su tema favorito.
Esta semana, después del primer entrenamiento de la temporada, sus amigos iban a juntarse para jugar otro rato a fútbol. Noah, por culpa de las obligaciones de sus padres, llegaba a casa con el gesto tirando a muy mustio pidiendo por enésima vez bajar a jugar.
Hoy no podemos. Te dejo que juegues un partido con la consola, dijo su madre.
Y Noah estalló en un llanto sincero, y lo digo con el conocimiento de un padre, desgarrado y desesperado. Lloraba y decía No.
'Yo quiero hacerlo de verdad', repitió una y otra vez sin dejar de llorar.
Creedme, no fué la primera vez que he sonreído mientras él lloraba.
Qué ingenuo soy, a todos nos gusta vivir.
Esto me ha llegado Josh, y no por la foto, que de por sí me gusta con ese primer plano impactante.
ResponderEliminarLa vida, la de verdad... eso me ha calado hasta los huesos. Yo he crecido en una aldea donde todo era campo, y donde todo está hoy construido. Antes jugábamos en la calle a todo con nada, con lo poco que había. Y ahora no juega nadie en la calle. ¡Qué pena!
Me ha gustado mucho el modo en que nos has presentado la historia, con foto y texto.
Un saludo.
Muy bien, papá, siempre aprendiendo, así me gusta. Esa portería que aparece en la foto es sin duda la de los sufridores atléticos, o sportinguistas, que para el caso es lo mismo. De frustración en evasión y de evasión en frustración vamos capeando el temporal, cada uno el suyo, y el de los más pequeños no es el más pequeño. Como te entiendo, Josh, y cuantas veces se nos olvida que ellos solo tratan de adaptarse al mundo al que los hemos traido nosotros. Nada, que de vez en cuando hay que mandarlo todo al carajo y que jueguen a lo que quieran hasta caer rendidos.
ResponderEliminares que ya estamos en una espiral de maquinas que todo lo pueden, a todas horas estamos rodeados de ellas y parece como que a solas no supieramos ya hacer nada, me ha encantado la foto y el titulo, sí señor jugar de verdad y disfrutarlo y querer luego repetir y llorar si por la razon que sea no ppuedes. todo muy de antes. abrazos
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