Todos acaban parándose, más o menos tiempo, delante suya. Yo también, pero cuando
lo hago distingo perfectamente el lado en que me encuentro, lo que no quita
para que me fije en ese otro recibidor, y en la otra puerta que parece talmente
la que está a este lado.
Cuando Susi lleva más de un minuto delante del espejo, empiezo a dudar si
está dentro o fuera, incluso si ésto es fuera y aquéllo dentro.
(Pincha para verlas mejor)
Caigo de uno de los lados cuando aparece Pipo por el pasillo, camino de la calle.
No puedo dejarle escapar.
.
no se por que la sola mencion del espejo acompañada de alguna de tus palabras me llevó a la memorable escena del espejo de Sopa de Ganso de los Hermanos Marx.
ResponderEliminarno te preocupes no dejaré el bastón, y haces bien en imaginarme de aquella manera porque acertaste. soy un clon de mi abuelo.
un abrazo
En un día como ese, la mañana es la mañana de los espejos. Me los imagino agotados al mediodía, cuando todo el mundo abandona la casa y al fin pueden fundirse en negro.
ResponderEliminarEn cuanto a la foto, estas fotos de gestos en las que habla el cuerpo son una de mis debilidades.