Se duplica mi ánimo como élla.
A pesar de los nubarrones me elevo y miro de frente el horizonte con el orgullo de
saber que no me quebrantaré por mucho que llueva...
saber que no me quebrantaré por mucho que llueva...
Pero la más de las veces me recojo y oculto. A espaldas de todo bajo la cabeza y
cierro los ojos, como queriendo hibernar, en la creencia de que los claros no llegarán.
Ni el sol con éllos.
cierro los ojos, como queriendo hibernar, en la creencia de que los claros no llegarán.
Ni el sol con éllos.
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maravillosas tus imagenes
ResponderEliminarLos días grises tienen un peso particular. Aromas y gestos desde el cielo mismo, que hacen más liviano el andar o más ligero el pensamiento... dependiendo siempre desde dónde nos encuentra todo ésto.
ResponderEliminarPreciosa la fotografía. Profundo el escrito.
Beso.
En los grises la luz es la protagonista, sin colores que le hagan sombra.
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