Xuan, también coinciden recuerdos míos en este sitio, pero de admiración por el mar. El miedo también, mientras cruzaba aquel puente colgante hecho sólo para valientes y confiados. La admiración por los que se iban a trabajar dentro de élla llegó años más tarde, cuando a las cuatro de la mañana me daban los buenos días (!!!) antes de embarcarse.
La vida de un blog, lo sabes, son los comentarios. Si pasas, te gusta algo de lo que ves, y no lo haces saber...es como si no hubieras pasado. Gracias por tu visita.
Muchas cosas son las que abren cajones de la memoria que pensábamos vacíos, pero nada mejor que una fotografía.
Al ojear un viejo álbum siempre hay alguien que, de repente, recuerda alguna historia que aún no habías oído o que completa otra escuchada.
Hace un tiempo empecé mi colección particular de momentos, ésos que casi ya se han perdido cuando aprietas el disparador. Fotos que, para mí, son más que una imagen, son pequeñas cajas que al verlas liberan de su interior sonidos, brisas, recuerdos..., sensaciones que me hacen revivir la escena.
En ese lugar tengo mis primeros recuerdos del miedo y la belleza, de ese desafío que la mar siempre plantea.
ResponderEliminarQue hermoso lugar y esas sombras que siempre me fascinan. Muy bonita foto.
ResponderEliminarBesiños.
muchos mirando las olas...la gente, sus sombras, la estatua, el fotógrafo... y yo...
ResponderEliminarXuan, también coinciden recuerdos míos en este sitio, pero de admiración por el mar. El miedo también, mientras cruzaba aquel puente colgante hecho sólo para valientes y confiados.
ResponderEliminarLa admiración por los que se iban a trabajar dentro de élla llegó años más tarde, cuando a las cuatro de la mañana me daban los buenos días (!!!) antes de embarcarse.
Que buena... y en particular por las sombras.
ResponderEliminarsaludos