Mi ventana del salón no lo sabe pero igual se lo ha contado la ventana de al lado, la que me observa silenciosa de soslayo cuando estoy aquí sentado.
Le habrá dicho que la ha visto en muchas fotos.
Me imagino a la del salón avergonzada, pensando en aquel tratamiento rejuvenecedor prometido antes del verano y que parece no llegar nunca. Puede que hasta pronuncie un '¡¿Ves?!' mientras las dos siguen con la mirada un pequeño trozo de pintura que se precipita silencioso hasta el suelo, piso y medio más abajo, como lo haría una hoja en estas fechas.
'Qué me vas a decir', puede contestar ésta que al lado tengo.
Las palomas pasan.
Ya las había oído antes de verlas.
Ya ni las oigo.
Como éllas pasan los momentos, pienso yo, pasa veloz el presente.
'Tanto que ya no está'.
Me lo repito a mi mismo como un mantra interminable.
Y deseo que vibre en mi garganta y suene en mi boca, a viva voz...
...pero no le digo nada a la ventana.
Hermosa imagen!
ResponderEliminarEn ese oir antes de ver está la clave. Con los sentidos abiertos el tiempo no tiene sentido.
ResponderEliminarY no solo son las palomas, es también ese textura de humo con la que se elevan las cortinas más allá del techo.
Hacer fotos así desde el sofá de casa. Privilegio de unos pocos.
Me gusta tu ventana. Hermosa fotografía.
ResponderEliminarmi ventana da justo a las copas de 3 jacarandá.
ResponderEliminarhasta hace unos días, se podía ver un manto de flores color lila, que parecía que podrías tocarlas apenas estirabas las manos.
una mañana me desperté después de una lluvia, y solo quedaban las ramas vacías con las semillas colgando y uno tenía la sensación que si te concentrabas al mirarlas, crecerían nuevos árboles de las mismas ramas.
Hoy, puedo ver las hojas verdes. Las hojas del jacarandá parecen fuera de foco. si me asomo al balcón, me acarician la cara con el viento.
Preciosas todas las fotos que ví aquí.
saludos.
PRECIOSA Y MÁGICA.
ResponderEliminarBELLAS PALABRAS.
BESOS.