En los días en los que estamos, no vienen mal unas cuestas hacia abajo. Muy acertado el poner personas para ver la magnitud de las rocas. Un abrazo Josh.
Qué buena la primera, casi siente uno una cierta congoja ante ese cuerpo como un suspiro, o como una grieta en la pared. Y un acierto dejar los coches por encima para darle un toque todavía más surrealista.
La vida de un blog, lo sabes, son los comentarios. Si pasas, te gusta algo de lo que ves, y no lo haces saber...es como si no hubieras pasado. Gracias por tu visita.
Muchas cosas son las que abren cajones de la memoria que pensábamos vacíos, pero nada mejor que una fotografía.
Al ojear un viejo álbum siempre hay alguien que, de repente, recuerda alguna historia que aún no habías oído o que completa otra escuchada.
Hace un tiempo empecé mi colección particular de momentos, ésos que casi ya se han perdido cuando aprietas el disparador. Fotos que, para mí, son más que una imagen, son pequeñas cajas que al verlas liberan de su interior sonidos, brisas, recuerdos..., sensaciones que me hacen revivir la escena.
Preciosas las texturas que recoges!
ResponderEliminarEn los días en los que estamos, no vienen mal unas cuestas hacia abajo. Muy acertado el poner personas para ver la magnitud de las rocas. Un abrazo Josh.
ResponderEliminarQué buena la primera, casi siente uno una cierta congoja ante ese cuerpo como un suspiro, o como una grieta en la pared.
ResponderEliminarY un acierto dejar los coches por encima para darle un toque todavía más surrealista.