Esta podría ser una foto del planeta que yo orbito si por unos instantes fuéramos más allá del Principito e imagináramos ser astros, como los de verdad. Sería evidente mi condición de satélite, entonces, aunque regido por innumerables leyes aún más caprichosas y complicadas que las sabidas y estudiadas por la NASA.
Como ejemplo bastaría decir que la mayoría del tiempo la fuerza de la gravedad es mayor en el satélite que en el propio planeta, o éso es lo que se cree.
Cada astro, aún sabiendo de las leyes inamovibles a las que se ven sometidos, realmente se comporta como le viene en gana estableciendo sus propias leyes.
Los hay que, como polo de un imán, nunca se ven atraídos por otros astros o planetas sea cual sea su condición y se mantienen señorialmente a distancia de los demás.
Al igual que hay planetas que se ven atraídos por cualquier otro y casi en cualquier circunstancia.
La del círculo, la esfera y el banco es otra de esas en la que sorprendes la intimidad de los objetos. Podrías ir juntándolas en una carpetina.
ResponderEliminarQue amplia metafora he!
ResponderEliminarCuanto amor sientes por tu galaxia, que me deja perplejo, y siempre presente, tu mejor modelo, jejeje..
Un saludo a ti y a el tambien!