sábado, 5 de noviembre de 2011

El Reloj de Noah




El reloj de Noah funciona como si fuera Suizo mientras la aguja más corta repasa lentamente el arco por donde se acuna el sueño. Éste, el sueño de Noah digo, fundamentalmente se basa en tres leyes inamovibles, de ésas que no entienden de domingos y fiestas de guardar,  a saber: 1. Dormir siempre las mismas horas cada día (Ej. si se acuesta a las diez se levanta a las ocho, pero si se duerme a las nueve se despierta a las siete), 2. Una vez despierto Nunca permanecer en la cama (creo que sería más exacto decir 'una vez abiertos los ojos...') sin tener en cuenta si ha salido o no el Sol,  y 3. Una vez fuera de la cama acabar despertando a todo el que permanezca dormido.
Por muy simpáticas y tiernas que puedan parecer sus leyes, el caso es que someten a las mías, son incompatibles, casi extremos que sé que pocas veces se acercarán por culpa de las costumbres...y de la edad, qué coño.

Nunca he aprovechado sus madrugones para irnos a ver un buen amanecer, aunque me apetezca, para romper el suave silencio de un bosque engalanado de rocío con nuestras pisadas...temo que empiece a levantarse aún antes. 






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