
Es lo que él dice desde que un día se le paró el reloj, hace unos meses.
Mientras en el hospital intentaban poner de nuevo su cuerpo en marcha, cuenta que fué a casa de su madre y entró como lo había hecho siempre. Y la encontró en la cocina, apoyada en la de carbón, justo como siempre la recordará. Al verle llegar 'La Cuca' le preguntó 'qué hacía allí', y le dijo que volviera a casa, que le estaban esperando...
Desde entonces está en el tiempo extra.
El mismo tiempo que jugamos todos demasiado pendientes del reloj, sin hacerlo a lo más importante, ni a los colores, ni a la brisa, ni a la conversación, ni a las caricias, ni al cielo, ni a los abrazos, ni a las sonrisas, ni a los pequeños detalles de cada día...
Todo éso que Tito ahora disfruta mil veces más.
_