
Fué esta tarde cuando me vino a la cabeza algo de lo que no me daba cuenta pero que ya sabía, y es que mi mayor entretenimiento es perseguir xanas y trasgos, duendes y diaños burlones, que si les prestas demasiada atención pueden transformarse, a la vuelta de cualquier árbol, en un egoísta y mal encarado dictador. O desaparece de tu vista, sombra incluida, mientras intuyes las piruetas que está haciendo a tu alrededor, como un 'niño perdido' cubierto de polvo de hadas.
Hay que mirar mucho para saber cuando mirar.