martes, 31 de marzo de 2009

En la barra del Mar

Estaría mejor dicho como lo haría el famoso, gracias a Martes y Trece, 'Debetrio': 'En la barra del Bar'.












El chigre puede desestresar un poco, pero si hay que relajarse...


sábado, 28 de marzo de 2009

jueves, 26 de marzo de 2009

Aviones Plateados

Como cantaba Manolo.






domingo, 22 de marzo de 2009

Domingo...

Sin palabras me he quedado después de verme en el blog de XuanRata y, sobre todo, por sus palabras.
Sin palabras os dejo la tarde del Domingo, que fué mejor de lo que todos imaginábamos, para que la imaginéis.



































































jueves, 19 de marzo de 2009

Domingo, y 15 de Marzo.

Todos sus sentidos se anularon y concentraron en la boca, desbordada e inundada por el delicioso sabor de la vainilla, el chocolate y las almendras. Nada mejor que un buen mordisco a un helado, a cualquier hora, sobre todo después de comer.
Su memoria quiso ofrecerle, entonces, un breve paseo por lo pasado de este Domingo.



La mañana ya queda lejos, por eso lo primero que le viene a la cabeza es el providencial encuentro con Miguel. Un amigo con balón resulta impagable a la hora del vermut.
Esa hora que los mayores se empeñan en alargar, hablando y hablando de sus cosas, hasta que el aburrimiento casi te asfixia.





Cuando el hambre, a pesar de los pinchos, te distrae a cada minuto, es el momento convencer a tus padres para irse a probar el pote de la güela. Hoy le espera para comer.
Mientras la visión del plato prometido acelera sus piernas, las de los mayores parecen demasiado lentas, como si el vino y la sidra hubieran resbalado hasta sus pies y pesaran más de lo acostumbrado.






Con el ruido de la cafetera y el aroma del café, va desapareciendo el desorden de la cocina y las tazas se vuelven a encontrar con el azúcar y las cucharillas en la mesa.
El tiempo se va espesando, demasiado.
En los sofás los mayores se adormecen en posturas imposibles. Él hace años que dejó de dormir la siesta, es cosa de niños.




El invierno se ha ido de fin de semana y, aunque ha dejado al viento a cargo de casi todos los rincones, a la mayoría se nos nota en la cara la agradable sensación que nos produce la sospecha de que no piensa volver, salvo alguna visita breve.
Noah, ya inquieto, rumia cada minuto que queda para ver a sus amigos esta tarde.
Si tuviera reloj, y más claro cómo leer la hora, sabría cuánto le queda por esperar.



No tiene idea de dónde pasará la tarde, pero sabe seguro que estará Miguel.

No estaría nada mal, pienso yo que piensa, pasar la tarde jugando al fútbol con sus amigos. Cualquier sitio es bueno, con prao, con asfalto, con arena... Tardes así son la mayoría.

Por éso, o por el color de la arena aún presente en su cabeza, Noah se olvida por unos momentos de sus amigos y piensa en Elena. Con seis años resulta irresistible pasar el día jugando al balón con los amigos, pero en el fondo espera que sea la sonrisa de Elena la que le acompañe esta tarde.


Ya no falta mucho para saberlo, menos de lo que tardará en darle los últimos bocados al helado, ya camino del coche.

jueves, 12 de marzo de 2009

La Base (Sombras)

Este es Noah, el culpable de que su padre haya empezado a tomar contacto con el periodismo deportivo. Un campo virgen, me refiero a la fotografía deportiva, en el que me veo metido por su afición al fútbol (cosa en la que no salió a mí) y, sobre todo, por la influencia de sus amigotes...
Qué envidia me dan.



Su primer partido.
Han compartido autobús con otro equipo, uno o dos años mayores que ellos, y con los entrenadores. Sin padres.
Esto ya ha sido un motivo de alegría para mí. Como todo lo que ha supuesto esta tarde para ellos.
Comienza el partido e intento centrarme para llevarme unas cuantas fotos para casa.


La diferencia de banquillos es demasiado evidente desde el primer momento.
El equipo contrario, de la misma edad que el 'mío', disciplinado casi militarmente. Caras de concentración y un entrenador cuyas órdenes revientan el 'casi' de la frase anterior.




Los que están de estreno tienen seis años. No paran de dar saltitos, indudablemente elevados por el montón de mariposas que han tomado sus estómagos como una pequeña sala de vuelo, han dormido menos de lo normal y algunos llevan la ropa del partido hace más de tres horas y después de minutos de lágrimas.
No paran...




...son niños, aunque algunos se olvidan, no, se niegan a darse cuenta.




Las órdenes y comentarios de cada jugada llegan atronadores desde el banquillo rival. En la pared de detrás se multiplica la sonoridad de las voces que gritan en la banda contraria, la de los padres y madres.
En el medio los niños, más ocupados en mirar e intentar entender los dos lados del campo que en la pelota. Aturdidos.
Y me entristece cada gesto transparente de sus caras.
Sólo hay que volver a mirar las fotos de los banquillos. La diferencia, vuelvo a decir, fué evidente hasta el final.
Los goles iban calmando las bandas.





No ha sido un buen debut, hablo del mío. Necesito rodaje, aunque si el ambiente que me voy a encontrar va a ser como el de hoy...
Espero que Noah, con los nervios, no se de cuenta de todo esto. O que al menos esté más ocupado en mirar lo que hay entre las dos bandas.
Tiene que ser divertido y tienen que disfrutar, no deja de ser un juego y ellos unos niños.
Ya no es por el 'fútbol base'. Es por 'la base'.

lunes, 9 de marzo de 2009

Coincidencias (Expediente 001)

Con más de media hora por delante, decidí probar mis fuerzas y subir hasta que viese la mar. La brisa nivelaba la balanza con el esfuerzo, por eso no me senté. Bueno, por eso y porque mis ojos, inexplicablemente, se empeñaban en desviarse del faro.



Subí algo más, para darle capricho a mi vista, como el que accede a alargar el paseo, y la correa, ante la melosa insistencia de su perro fiel.
Bajé sonriendo.





Ya por la mañana, y a pesar de la prisa, un encuentro casual me detuvo justo en medio de una 'Historia de Amor'. Paré lo necesario para hacerle hueco a otra sonrisa en la bolsa del alimerka.
Y es que hay días en que las coincidencias deciden jugar como 'los pelayos' en la ruleta de las probabilidades.
Tanto, que en este día de febrero me sentí en varias ocasiones como si acabara de colarme accidentalmente en algún rodaje, preparado con minuciosidad, justo un segundo después del 'acción'. Como si fuera el incrédulo testigo de otra dimensión invisible para los demás. Como Alicia.
'Qué pena que estén retirados Mudler y Scully', me repetí aquella tarde después de agotarse las baterías como un bonzo que dice 'hasta aquí'...
Mientras bajaba, coincidí con un erizo que iba caminando, sin prisa y sin reloj, unos metros delante de mí. Casi pavoneádose el primer minuto , indiferente los dos minutos siguientes, acelerando disimuladamente el paso después, al poco mirando hacia atrás con fastidio y finalmente, y evidentemente malhumorado, saliéndose de la carretera para perderse entre la hierba.
Y toooodo ese tiempo probando pilas con desesperación, sin conseguir que la cámara volviera a la vida. Y, ya lo he dicho, sonriendo.

miércoles, 4 de marzo de 2009