viernes, 31 de octubre de 2008

Cosas de Padres





Después de ver algún que otro blog, me dejo llevar por esa explosión atómica que provoca pensar en lo que se siente por un hijo.

Ya quisiera yo explicarme como se explican algunos, más que nada por darle una buena patada a la frustración. Esa que ve cómo lo que escribo no deja de ser una película mediocre basada en un buen libro.

Os diré que me pasaría el día observándolo. Que hasta los cuatro años se me hizo muy rápido, en abril serán siete. Los cinco y los seis han pasado rapidísimo, tanto que los percibo borrosos. Mientras voy con prisa a algún sitio, me doy cuenta que están tan difuminados porque siempre estoy de camino a algún sitio, y con prisa.

Confesaré también que, cada día más, me puedo hacer una idea de lo gilipollas que debía parecerle a mi padre en esos años tan difíciles. La que nos espera.

Yo, de vez en cuando, aprovecho algún momento relajado para soñar despierto. Imagino tardes interminables, con sol o lluvia, es igual, en algún sitio tranquilo, con Noah y con mi padre.
Y mi cámara.



sábado, 25 de octubre de 2008

I love your blog


Hace pocos días me he visto entre los blogs favoritos de R.A.Riveiro, el hombre que siempre ve amanecer. Un honor que me sorprende porque, casi siempre en silencio, visito muchos blogs a través de sus enlaces, y de los enlaces de los enlaces.
Aprovechando la confianza, ya se sabe, me voy a escaquear de nombrar mis blogs favoritos. Nunca conseguiría hacer esa lista, me quedo con todos y alguno más que todavía no conozco. El tiempo que se toma alguien en ver, e incluso comentar, lo que hace uno es el mejor premio recibido y regalado, y en esto coincido con Xuan Rata.
Tampoco me veo capaz de hacer la otra lista, la de las cosas sin importancia que te hacen feliz, porque agarro todas las que puedo cada día y son muchas, muchísimas, y tan distintas. Además, se pueden adivinar en mis fotos. De todas formas, y para compensar el malestar que me produce no seguir las normas, me acordaré en las próximas entradas de confesar alguna de las pequeñas alegrías que me encuentro.
Pretendía empezar hoy mismo y decir que la presencia de algún mayor que busca el calor del sol en cualquier plaza, o parque, es una de esas cosas, a pesar de que muchas veces es tristeza lo que me inspira una escena así.
La entrada, torpe que soy en ese mundo virtual, se ha publicado con fecha 1 de Octubre, así que si alguien la quiere ver por ahí está.
Y esa sería otra cosa sin importancia que me haría feliz: Conseguir que una entrada quede como quiero 'sin problemas ni complicaciones'.
Gracias R.

Lunes al sol



El lunes pasado disfruté de dos cosas más, sin importancia, que me pueden alegrar el día: La visita inesperada de un amigo y un paseo improvisado cerca de casa, al lado del mar.

Extraña pareja para una mañana de lunes, digo yo que pensarían muchos al vernos. Uno camina cojeando y en el andar del otro se adivina la pesadísima carga que se acumula tras un mes en el paro, con hipoteca y niño. Puta crisis. Lo mío, por lo menos, es mayormente físico.

Aunque hablemos de todo y de cualquier cosa, siempre acabamos charlando de las cuatro cosas que de verdad importan. En estos ratos me ha enseñado a poner todo encima de la mesa, no nos guardamos ninguna carta. Los silencios son una parte más de la conversación.

Y repasamos una vez más nuestro plan, entre risas. Da igual que la primitiva le toque a él o a mí porque el plan no es muy espectacular, lo segundo que haremos será meter las preocupaciones en un saco lleno de monedas para que se hundan. Así serán aún mejores los paseos al sol.

lunes, 20 de octubre de 2008

De trasgos y xanas

Las escenas de hoy son de un día de Julio, del que acaba de pasar. Porque quizá no he dicho que cada entrada guarda la premisa de que las fotos pertenecen al mismo día. En la de hoy es más que evidente.
Fué esta tarde cuando me vino a la cabeza algo de lo que no me daba cuenta pero que ya sabía, y es que mi mayor entretenimiento es perseguir xanas y trasgos, duendes y diaños burlones, que si les prestas demasiada atención pueden transformarse, a la vuelta de cualquier árbol, en un egoísta y mal encarado dictador. O desaparece de tu vista, sombra incluida, mientras intuyes las piruetas que está haciendo a tu alrededor, como un 'niño perdido' cubierto de polvo de hadas.

Hay que mirar mucho para saber cuando mirar.

jueves, 16 de octubre de 2008

Un suave 'hasta mañana'




Otro paseo por el muelle y siempre algo nuevo que ver. No he sido consciente del momento del día en que ha llovido, pero sorprendo a los charcos mirándonos sin atreverse a preguntar y detener nuestros pasos, observando también el cielo por si vuelve la lluvia para darles compañía, como participantes de una carrera de orientación que se han perdido, como alguna pertenencia que se ha caído del globo apenas comenzado el viaje.
La luz empieza a susurrarme que sería más práctico guardar la cámara y disfrutar de los minutos que nos quedan juntos.

Sólo un par de fotos más, o tres.


domingo, 12 de octubre de 2008

Conversaciones



Las pilas cargadas de la noche anterior, la tarjeta limpita, la cámara en su sitio y todo lo que necesito para la visita del médico en Oviedo. Consigo, con mucha suerte, aparcar en el mismo borde del parque de San Francisco. Sólo tengo que atravesarlo rápidamente y en un par de calles ya estaré en la clínica. Llego tarde. Con algo más de suerte estaré fuera en media hora y podré darme un corto y tranquilo paseo por el parque, con sus majestuosos árboles, y sacar alguna foto.

Pero la suerte, si llamamos así al hecho de que pase lo que queremos que pase, se debe haber quedado de camino. A la hora y media, otra vez con prisa, salgo aún sorprendido y aturdido por el perenne silencio de la repleta sala de espera. Enciendo la cámara y atravieso el parque pensando en el ticket de aparcamiento, tendré que renunciar al paseo, lástima, para una vez que salgo.



Y me doy cuenta, mientras le camino acelerado, que el parque está lleno de conversaciones, qué curioso, y pienso 'otro dia será'.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Sombras




Apuré el paso para conseguir el encuadre. No fuí consciente en ese momento, cuando sacaba la foto, de que la sombra de ella se tapaba la cara con su brazo, sombra también, para protegerse del sol (¡¿).

Dana, a pesar de la sordera, tiene buena vista si lo que tiene que ver está a menos de dos o tres metros. Hace muchos años que es la sombra de Jose y pasean, ahora con correa, por donde siempre. Caminos conocidos por el olfato, entre sombras.

sábado, 4 de octubre de 2008

Blues in Riveiro's Street




Siempre me acuerdo, y mucho, de los amigos, amigas y parientes de ésos que inclinan la balanza hacia el lado de los primeros, pero nunca lo demuestro. Y lo digo teniendo tarifa plana de teléfono e internet. Un desastre.
Hoy paso a la acción.

Así que, primo, el que tenga ojos que vea.


jueves, 2 de octubre de 2008

Tarde de Domingo


Con tardes como ésta se hace lejano el otoño, que va ganando terreno aunque muchos no queramos verlo.




miércoles, 1 de octubre de 2008

Recuerdos



La memoria, muy llena ya, le iba dejando recuerdos por los pasillos. No podemos decir que los dejara olvidados, más bién diremos que a modo de regalos inesperados.
Si el azar del momento le conducía por algún rincón de la memoria y tropezaba con uno de estos recuerdos, con la apariencia de una caja descuidada, su voluntad se apartaba para poder abrirlo y, entonces, se le erizaba la piel de la nuca. Aquel escalofrío era como el 'clic' de una caja fuerte al alinear el último número de la combinación.







Después siempre llegaba el mar, verde, y el rumor de las olas, como si fueran la orquesta que empieza a tocar segundos antes de levantarse el telón.


Y sólo presente su cuerpo, flotaba como mareado por dulces escenas de su niñez o por otras, amargas, siendo ya un hombre.



Así, cada caja que se encuentra le estremece el alma, bien por ternura, bien por nostalgia, bien por la rabia de alguna equivocación, de algúna decisión no tomada y, entonces, aprieta los dientes y cierra los ojos para aguantar el dolor de una vieja herida que se abre y que duele más ahora que cuando se produjo.

Quizá no lo veas, porque no está aquí, ni allá donde está, asomado a una ventana interior, deslizándose por un tobogán del tiempo.