Comienzo con esta entrada una larga serie de fotos sacadas el mismo día.
Un día de boda que disfruté como nunca. Os explico...
El padrino de la misma, cuñao mío y hermano de la novia (cuñada también), tiene una
Nikon réflex que, como es fácil adivinar, no iba a usar mucho este día. Así que me la
prestó para descanso de mi maltrecha compacta.
Dos horas antes de la misa piqué al timbre de la casa de mis suegros, donde se iba a
vestir la novia. La puerta se abrió sin que nadie preguntara nada. Subí las escaleras
y en la puerta me recibió mi sobrina Yaiza.
Desde que élla tiene memoria siempre me ha visto con la cámara en la mano. Pero
casi nunca con la cámara en la cara, de ahí la que tenía mientras le sacaba la primera
foto.
'¡Yaiza!', le dije, '¿Nadie te ha dicho que no se puede ir más guapa que la novia?'...
...y saqué la segunda.
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| (Pincha para verla bien) |
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Preciosa Yaiza. tiene cara de niña antigua, muy guapa y muy bien captados los dos gestos, se la vé satisfecha en la segunda y sí ciertamente sorprendida un poquito antes.
ResponderEliminarfelicidades a los novios, beso a la modelo y un abrazo al fotografo.
Apoteosis de la mirada y la sonrisa, del timbre y del vestíbulo. Todos vestidos para la ocasión: a ti tambien se te ve con zapatos nuevos.
ResponderEliminarMe encanta la explicación.
ResponderEliminarY qué simpática parece la niña, con esa sonrisa entre tímida y orgullosa, fruto de tu galantería.