Que fascinación sentimos de pequeños por los charcos. Quizás ahí vemos una realidad tan diferente pero más acorde con nuestros pensamientos. Aunque de mayor, también nos atrapa su magina esencia. Un abrazo
La vida de un blog, lo sabes, son los comentarios. Si pasas, te gusta algo de lo que ves, y no lo haces saber...es como si no hubieras pasado. Gracias por tu visita.
Muchas cosas son las que abren cajones de la memoria que pensábamos vacíos, pero nada mejor que una fotografía.
Al ojear un viejo álbum siempre hay alguien que, de repente, recuerda alguna historia que aún no habías oído o que completa otra escuchada.
Hace un tiempo empecé mi colección particular de momentos, ésos que casi ya se han perdido cuando aprietas el disparador. Fotos que, para mí, son más que una imagen, son pequeñas cajas que al verlas liberan de su interior sonidos, brisas, recuerdos..., sensaciones que me hacen revivir la escena.
Qué buena la segunda. El charco refleja, sobre todo, el aire.
ResponderEliminarQue fascinación sentimos de pequeños por los charcos. Quizás ahí vemos una realidad tan diferente pero más acorde con nuestros pensamientos.
ResponderEliminarAunque de mayor, también nos atrapa su magina esencia.
Un abrazo
Un charco y un frágil mundo en su interior.
ResponderEliminarsaludos