martes, 10 de febrero de 2009

Compañeras



Es lo que tiene un trabajo fijo, de 24 horas diarias, en el que no tienes mucho que hacer. La monotonía te pasea desde el extremismo en la defensa de tu trabajo, hasta la sensación profunda de inutilidad, con tantas fases pasadas en el camino que conduce a la apatía, la tristeza, la depresión en tantos casos.
Se sintieron liberadas, revividas, en cuanto fueron conscientes de las posibilidades, hartas de la perenne vista de aquella estancia. El mismo horario, el mismo sueldo...¿por qué no cambiar?, probar quizá y después...
Después de muchas idas y vueltas, ahora hace un año que no se hablan, siguen con sus cambios pero las dos, desquiciadas por el cansancio de compartir las mismas estancias, perdida ya su posesión, sólo emplean sus esfuerzos en contactar con alguien de más lejos, no estaría mal alguien del vestíbulo con necesidad de huir del bullicio. En su misma situación. El mismo horario, el mismo sueldo.





6 comentarios:

  1. Una estancia reversible en la que la salida de una es la entrada de la otra, un bucle infinito cuyo horror tratamos de romper con decorados diferentes. Uno trata por todos los medios de cruzarse consigo mismo en algún momento sin lograrlo. Pero a veces cuando la realidad baja la guardia llegamos a ver sus entresijos. Ese es el momento del encuentro. Aprovechar el error inesperado del programa.

    Por cierto, ¿como se llama el que logra infundir vida a los objetos?
    Cómo me gustaría ver como tú aunque solo fuera por unas horas.

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  2. :)
    Me encanta tu mundo metafórico... pero no me voy a dejar llevar por ese aspecto anodino de tales personajes... ellas solventan la quebrada incisión de los vértices que atraen particulas que quieren pasar desapercibidas; dejan de lado sus necesidades para ponerse al servicio de otros sin pedir más que de vez en cuando les echen algún trocito de lo que sea... no les importa llevar siempre el mismo modelo pues ellas ya pasan de las modas, eso si agradecen que si alguien las quiere poner bellas, nunca dirán que no... en realidad para muchos hombres serían perfectas ¿no? pero no, porque para eso está el aburrimiento para ponernos a elucubrar y sacar del anonimato todo aquello que unos ojos no preparados serían incapaces de ver...
    Al igual que los gemelos seguramente se comunican entre ellas, y posiblemente por ello no quieran ya intermediarios...
    Josh, me parece que yo ya me estoy pareciendo a ellas en esto de la comunicación telepática...:) me voy por si acaso...
    Vaya largura... gracias por hacerme pasar este grato tiempo con tu imaginación y tus particulares imagenes :)
    Un abrazo

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  3. Xuan, te diría que las muchas cosas me miran y cuando les pillo décimas de segundo antes de que desvíen su mirada, su presencia se hace demasiado evidente como para no sacar una foto. Igual te miento, incluso si te digo que un paseo con cámara me deja un recuerdo difuso, como después de un trance.
    Lo que es verdad, y se agradece, es que te sorprenda una foto, deja muy buen gusto y a mí me pasa cada vez que me paseo por los blogs.
    Después de volver a mirar las fotos, Haidee, ¿serán dos o solamente una?, y si son dos ¿quién es quién?

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  4. ¿qué fue de su compañero de trabajo?
    Gracias por pasarte por hacer que me picara la curiosidad de pasearme descalza por aquí...

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  5. Kafkiano siento el texto, kafkianas, inquietantes las fotos. Un saludo.

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  6. Lo primero contestarte...
    Mirando el número de identifìcación, equiparable a nuestro codigo genético, jeje...todo es identificable, menos aquello que sólo depende de nuestra fe, y bienvenida sea la fe... es la que te hace ver siempre más allá.
    Un abrazo

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